España es uno de los países de la Unión Europea (UE) que más sufre la pobreza y la exclusión social, especialmente entre los niños y niñas. Según varios informes y datos oficiales, España ocupa los primeros puestos en los indicadores de riesgo de pobreza y exclusión social, tanto en la infancia como en la edad adulta. ¿Qué factores explican esta situación? ¿Qué medidas se pueden tomar para revertirla?
España, el tercer país con más pobreza infantil de la UE
Según el informe de Save The Children ‘Garantizar el futuro de los niños y niñas: cómo acabar con la pobreza infantil y la exclusión social en Europa’, España es el tercer país de la UE con mayor tasa de riesgo de pobreza y exclusión social infantil, con un 31,3%, solo por detrás de Rumanía y de Bulgaria. El informe alerta de que la pandemia del coronavirus ha agravado la situación de millones de niños y niñas en toda Europa, especialmente los que pertenecen a familias monomarentales, numerosas, migrantes, con discapacidad o de zonas rurales o desfavorecidas.
La pobreza infantil tiene consecuencias negativas para el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de los niños y niñas, así como para su futuro educativo y laboral. Por eso, Save The Children propone una serie de medidas para combatirla, como garantizar unos ingresos mínimos para las familias, ampliar la cobertura y la calidad de los servicios públicos de educación, salud y cuidados, y promover la participación y la protección de los derechos de los niños y niñas.
España, el país con más pobres criados en familias sin problemas económicos
España también es el país de la UE con más pobres criados en familias sin problemas económicos, según los datos de Eurostat. El 16,6% de los adultos españoles que se criaron en hogares sin dificultades económicas están en riesgo de pobreza, el porcentaje más alto de la UE. Además, España es el cuarto país con más pobreza heredada en la adolescencia, con un 30% de los adultos que proceden de familias con una mala situación financiera.
Estos datos revelan que en España hay una baja movilidad social, es decir, que las personas tienen pocas oportunidades de mejorar su situación económica respecto a la de sus padres. Esto se debe, entre otros factores, a la precariedad laboral, al elevado desempleo, a la baja inversión en educación y a la falta de políticas redistributivas. Para romper el ciclo de la pobreza, se necesitan medidas que fomenten la igualdad de oportunidades, la formación continua, el empleo de calidad y la cohesión social.
España, el cuarto país con más población en riesgo de pobreza y exclusión social
España es el cuarto país de la UE con mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza y exclusión social, con un 26% en 2022, según los datos de Eurostat. Esta cifra se sitúa por debajo de los porcentajes de Rumanía, Bulgaria y Grecia, pero por encima de la media europea, que es del 21,1%. Sin embargo, España ha reducido la brecha con la media europea en los últimos años, pasando de una diferencia de 7,1 puntos porcentuales en 2018 a 4,9 en 2022.
El riesgo de pobreza y exclusión social se mide teniendo en cuenta tres factores: el nivel de ingresos, la capacidad de consumo y la participación en el mercado laboral. Según estos criterios, una persona se considera en riesgo de pobreza y exclusión social si se encuentra en alguna de estas situaciones: tiene unos ingresos inferiores al 60% de la mediana nacional, vive en un hogar con una baja intensidad de trabajo o carece de algunos bienes o servicios básicos. Para reducir este riesgo, se requieren políticas que aumenten los ingresos de las personas más vulnerables, que mejoren las condiciones de vida y que faciliten el acceso al empleo.
España no está “a punto” de ser el país más pobre de la UE
España no está “a punto” de ser el país más pobre de la UE, como afirma un bulo que circula por las redes sociales. Este bulo se basa en una manipulación de los datos de Eurostat sobre el PIB per cápita de los países de la UE, que no es el indicador adecuado para medir la pobreza. Según este indicador, España ocupa el puesto 15 de los 27 países de la UE, con un 92% de la media europea. Además, el PIB per cápita de España ha aumentado en los últimos años, no ha disminuido como sugiere el bulo.
El PIB per cápita mide el valor de los bienes y servicios producidos en un país dividido por el número de habitantes. Sin embargo, este indicador no refleja la distribución de la riqueza, ni el nivel de bienestar, ni la calidad de vida de la población. Por eso, para evaluar la situación de pobreza de un país, se deben tener en cuenta otros indicadores, como los mencionados anteriormente, que sí tienen en cuenta las condiciones materiales y sociales de las personas.